lunes, 12 de diciembre de 2011

JOSÉ SANONE

A un lado del mar, yo estaba,
conversando con mis penas,
pidiéndoles, que me dejen
aunque sea una de ellas.

Mis penas, cuando oyeron
mi lamente decidieron
que una pena se apartara de mi
senda y aliviar un poquito mi tristeza.

Eligieron a la pena de la muerte
de mi madre, para que esa,
se fuera, y hací, darme un aliento,
para poder seguir por mi senda,
cargando a cuesta mis penas.

Mas, al alcanzar por la senda,
fue tan grande el desconsuelo,
de no sentir, por la muerte de mi madre,
ni siquiera una pena
que regrese yo corriendo, y recogí
a mi pena, y apretándola en mi
alma caminé yo por mi senda

                                                                                           San Pedro -Jirón-