lunes, 12 de diciembre de 2011

JOSÉ SANONE

A un lado del mar, yo estaba,
conversando con mis penas,
pidiéndoles, que me dejen
aunque sea una de ellas.

Mis penas, cuando oyeron
mi lamente decidieron
que una pena se apartara de mi
senda y aliviar un poquito mi tristeza.

Eligieron a la pena de la muerte
de mi madre, para que esa,
se fuera, y hací, darme un aliento,
para poder seguir por mi senda,
cargando a cuesta mis penas.

Mas, al alcanzar por la senda,
fue tan grande el desconsuelo,
de no sentir, por la muerte de mi madre,
ni siquiera una pena
que regrese yo corriendo, y recogí
a mi pena, y apretándola en mi
alma caminé yo por mi senda

                                                                                           San Pedro -Jirón-

lunes, 28 de noviembre de 2011

ROBERTO MARTIN LUNA ORTEGA


AD INFINITUM





...mientras tanto en una corte en Trujillo...

(Poema a dos voces)





Veintidós procesos judiciales

culpables todos

descargo procesal

salgo en abril



Abril salvaje,

robo y pillaje

extorsión.

Golpes, sangre y balas.



Muerte al fiscal.

Muerte

innecesaria, despiadada



Veintidós procesos judiciales

culpables todos

descargo procesal

salgo en abril















MIS MUERTOS





Mis muertos,

los finaditos.

Me persiguen, llegan a medianoche,

se posan al pie de mi cama.



Me miran quietos y tristes,

con sus ojos vacíos,

me persiguen en la oscuridad.

Lloran silencio en su pena infinita.



Tomé sus vidas

antes de tiempo.

Jugué a ser Dios

y así los quebré.

Ahora me persiguen por siempre

hasta la eternidad.



Desvelan mi sueño.

Absorven mi vida

en un eterno silencio.



Reprimenda innombrable

me juzga bajo la máscara.



Mis muertos,

los finaditos.

Llenos de amargura y dolor

clavan sus ojos vacíos

preguntan sin hablar:



Mis finaditos

están tristes

sus almas pesadas y largas

atadas al pie de mi cama



No se van nunca

se quedan acá.



Y yo,

en esta húmeda celda

los acompaño hasta la eternidad.









XII





Al fondo,

en la oscuridad,

destella un tenue y

cobrizo resplandor.



Dos fumones,

empiezan su danza mortal

escondidos en el basural.



El olor empalagoso y dulzón

se mezcla con la fetidez

y la mierda que brota del pasadizo,

corre a través del ducto.



Al ducto, al ducto

Se entra cantando

se sale gateando.



La pasta se elva en el aire,

llega a mi nariz

y despierta otra vez.

El dengue, el dengue

otra vez.













EL PUNTO





Cae la tarde

sobre el punto del día.



Sale el sol

del bolsillo.















jueves, 3 de noviembre de 2011

POESIA EN LA CARCEL DE ALTA SEGURIDAD DE SANTIAGO DE CHILE






Violín





Ese árbol tiene

un violín adentro

no fue tallado aún pero está adentro

espera el día de la resurrección

árbol adentro.

Dijo el Señor Stradivarius

tengo que rescatar ese violín

tengo que quitarle la corteza que lo aprisiona

y verlo respirar al aire libre

Tengo que oírlo cantar para mi.

Ese violín

tiene un árbol adentro

tiene flores que escuchan la música callada

tiene pájaros



-Oscar Hahn-





Universo

Ese hombre tiene

el universo adentro

no se ha encontrado aún pero está adentro

espera el día de la resurrección

hombre adentro.

Dijo el Señor Carcelarius

tengo que rescatar ese universo

tengo que quitarle la corteza que lo aprisiona

y verlo respirar al aire libre

tengo que verlo brillar para mi.

El universo

tiene un hombre adentro

tiene constelaciones luminosas de estrellas

tiene un verso



-Creación Colectiva-





EL JARDINERO

Fugitivos de ellos mismos
perseguidores de irreconocible gloria
soñadores sin memoria!
...así se conocieron.
Hermano de su enemigo
orador de palabras perdidas
cuestionador de la verdad.
Aún asi...así se conocieron!

¿Hubo algo que vieron en sus adentros?
o fue el llanto que airearon los vientos
cuando la muerte en desconcierto,
avergonzada ante la luz de su propio cielo,
maldecía en su fallido intento.

¿Hubo algo?
no lo recuerdan bien,
tal vez fueron sus mejores sueños
ese que todavía no han soñado
el que los atrajo...y...
que detuvo la tristeza sin nombre,
esa que danza en su veneno
esa que golpea en las manos del misterio
para permitir reencontrarse
a aquellos que de su camino salieron.
Ahí se conocieron, ahí se detuvieron
y yo junto a ellos, en aquel minúsculo
e invisible sendero, atajo que no existe
pero que está bajo el minúsculo jilguero,
y que no necesita San Juan.
Para conseguir el verdadero deseo
punto congelado del Universo
cuna de perfección e instante de agradecimiento.
Vaciando la pesadilla de mis adentros,
en búsqueda de reencontrarme estoy,
sacudiéndome las cenizas,
soñando con ser soñador.

A alguien debo agradar,
a Dios, al Cielo, a la Vida o a un deseo
que me darán la oportunidad de cultivar un jardín,
pero primero aprenderé
a ser un agradecido jardinero!

-Mario Pedraza-





UN CIGARRO Y SU PENSAR



Un cigarro me he fumado

para que mi pensamiento sea relajado

un simple cigarro me ha permitido

pensar y sentir que soy un agradecido



La belleza de la montaña puedo mirar

el sonido de un grillo puedo escuchar

sin ayuda de un bastón, puedo caminar

una mente sana que me permite pensar



Con ambas manos puedo tomar

un papel y un lápiz que me permite expresar

que unas letras te permiten soñar

también expresar tu forma de amar



El cigarro que me he fumado

alegre y motivado me ha dejado

escribir lo que he sentido

porque soy un simple agradecido



-Antonio Orellana-









Lu.Cu.Ma : Habitante luminoso del caos





































El arte como redención

El alto, flaco y desquiciado don Quijote de la Mancha, surgió entre las cuatro paredes opresivas y la incómoda estrechez de una cárcel, de acuerdo a la versión del célebre Miguel de Cervantes. Entonces, en lo penoso del encierro, el ilustre personaje de la triste figura fue engendrado como un anhelo de libertad sin condiciones, una búsqueda de universal justicia. Y fue armado caballero y en escuálido jumento salió de aventura por los campos castellanos, listo a enderezar litigios, arreglar desvíos y zurcir algunas descosturas de lo real. En el caso del Ingenio lego la prisión no fue la ruina del impulso creador, ni el fin de su desbordada imaginación. Fue fructífera a la postre y le permitió iniciar una obra excepcional que cada día gana más lectores en el mundo.

Entre otros barrotes, otras cuatro esquinas, algunos artistas de merecido renombre también fueron confinados. Ezra Paund estuvo doce años en una estrecha cárcel, acusado de loco. Pero en ese oscuro encierro escribió su obra más ambiciosa, Cantos. El melancólico César Vallejo Mendoza vivió el momento más grave de su vida en una lóbrega cárcel del Perú, perdonen la desgracia, y luego escribió Trilce para arrojar lejos los fantasmas del encierro. El siempre vigente José María Arguedas nos entregó El Sexto luego de permanecer en una fría y brutal celda de esa prisión nacional. Los ejemplos carceleros podrían seguir. Ninguno de los nombrados arriba fue a prisión por frecuentar el robo, el asalto o la pertenencia al mundo del hampa. Pero hubo un poeta que descendió a los antros del oficio delincuencial.

Era Francoise Villon. Nadie sabe hasta ahora cómo ese bachiller en Artes, doctorado con méritos en la prestigiosa Sorbona, protegido por un clérigo de renombre, abandonó lo legal para incursionar en el crimen, el asalto y el robo. En los bajos fondos de su patria, Francia, vivió un buen tiempo como un bandolero empedernido. En su prontuario quedaron un muerto, un religioso que supuestamente era su rival en amores, 500 coronas robadas del colegio de Navarra y algún otro delito. Tantas hazañas le hicieron merecedor de la condena a la horca pública. En el vértigo de esas últimas horas dramáticas, horas definitivas de su vida azarosa, el mentado escribió le mejor de su obra. El ejercicio de la poseía le salvó del suplicio. La redención otra vez.

Entre nosotros, salvando las inevitables distancias y las lógicas diferencias, también la cárcel y el delito no acabaron con Luis Cueva Manchego o Lu. Cu. Ma. La mención de la sabrosa fruta no oculta a un varón que desde temprana edad frecuentó los suburbios de los bajos fondos, los tugurios del hampa. Esgrimió el puñal vengador, frecuentó el atraco inesperado, conoció los rigores del encierro en varias cárceles, huyó el manicomio para no enloquecer. Durante algo así como tres décadas vivió sirviendo a los dictados del monarca de los delincuentes, Caco. Hasta que renunció a esa vida bandolera. Su historia nos revela, entre otras cosas, que el arte también es redención.








Entrevista

Luis Cueva Manchego: El pintor del puñal purificado


En la llamada Galería de Arte Contemporáneo, ubicado en el actual local del INC-Loreto, se muestra en estos días la exposición pictórica de Luis Cueva Manchego, denominada La guerra. El arma de este antiguo morador del delito, asiduo habitante de prisiones, ya no es el puñal ávido de herida, de sangre ajena. Es el pincel que se extravía en colores para dar forma a un enfrentamiento crudo y cruento contra variados enemigos. Ese pincel entonces no ha perdido la capacidad de agredir, de actuar como un arma. Arma purificada por el ejercicio pictórico que le sirve al artista para abrirse paso, para sostener su propuesta, para llevar su arte a otros ámbitos, otros predios. En suma, para redimirse, con la ayuda del Señor de los cielos, según sus propias palabras.


En el dominio y las garras del soberano Caco, rey de los ladrones y asaltantes, de reos en cárceles y de hampones impunes y libres, nació el 20 de enero de 1951 el ahora pintor Luis Cueva Manchego. No es una exageración decir eso, porque entonces en Lima, en Barrios Altos, el niño que era fue recogido por esa divinidad rapaz de un ambiente familiar numeroso y sofocante, atestado y traumático, donde resaltaban los maltratos de la madre, una modesta vendedora de mercado. La pobreza aplastante de su entorno, esas primeras heridas imborrables de la falta de amor materno, estaban allí lacerando, desgarrando, generando las respuestas agresivas, violentas, de una infancia perdida desde el comienzo.

Todo en ti fue naufragio, oh abandonado, se podría decir de este personaje, citando al poeta, para graficar esa vida sin destino, sin porvenir. Lo que vino después fue el desarraigo temprano. A los 7 años fue internado en un orfelinato. En ese aislamiento, por primera vez, conoció algo de los secretos del dibujo y de la pintura. Pero iban a pasar muchos años para que el arte se convirtiera en el centro de su vida lacerada. La tecnología del atraco callejero, la cuadrada en improvisada esquina, las huellas del puñal pendenciero y la efusión de brusca sangre, pronto le ganaron como una fatalidad ineludible. Entonces su existencia parecía condenada al ejercicio del delito como profesión sin renuncia.

Ese oficio violento, desde luego, le enemistó con el sosiego y le convirtió en un asiduo visitante de presidios, un inquilino de las sombras detrás de las puertas clausuradas y los barrotes infames. El Sexto, el Frontón, Castro Castro y otros penales le hospedaron un tiempo. Luis Cueva Manchego se volvió un ser prontuariado, un personaje de la crónica roja habitual. Estaba en el fondo del mundo del hampa, en el sótano de la delincuencia. Y no parecía encontrar la enmienda, ni la huida de ese vida sórdida. Entre prisión y prisión se le fueron los años irrecuperables. Una vida perdida entre cuatro paredes. En el manicomio Larco Herrera también estuvo y se fugó después de soportar durante dos años la vida cotidiana de los dementes. En su destino entonces apareció la Amazonía.

Pero no ingresó a este mundo de variadas vegetaciones y aguas torrenciales, viajando por tortuosa carretera o navegando turísticamente por alguna arteria. En los límites de otro penal, el tristemente célebre Sepa, conoció ese otro clima, ese otro cielo, ese otro ambiente del variado y múltiple Perú. Así, encerrado otra vez disfruto de los aromas de esa tierra donde se quedaría definitivamente. Y no a ejercer sus reyertas, a esgrimir el puñal traicionero, a apoderarse de los bienes ajenos. Su vida cambio radicalmente. Es posible suponer que las divinidades tutelares del bosque acuático, donde no hay espacio para el rubro de los delitos, le iluminaron para dejar su antigua existencia. La pintura apareció entonces como ruptura con el pasado, como destino personal. El dice ahora, como un fervoroso creyente en los dones y milagros del Señor: Pinto por la misericordia de Dios. No lo dudamos.


La pequeña y modesta plaza Grau no es muy concurrida, ni es lugar atractivo para quedarse. No hay nada que admirar, nada que ver. Pero allí, Luis Cueva Manchego, comenzó a conquistar su espacio al aire libre, su derecho a pintar entre el ajetreo y la demora de la gente de todos los días. Allí, venciendo los temores, puso su caballete, dispuso sus colores y se dedicó a elaborar sus cuadros. Era un flamante pintor callejero. Desde entonces la tarea artística no el fue fácil. Tuvo que batallar contra los perjuicios que se tienen contra los ex reclusos. Pero después de tanto batallar, ha logrado imponerse y sus obras se pueden exhibir tanto aquí, en Lima o en el extranjero. Hoy, en la carretera que va de Iquitos al aeropuerto, Luis Cueva Manchego alquila un local que le sirve de taller donde pinta sin descanso.


En todo artista puede dormir y despertar un homicida revoltoso, apremiante. El arte también puede ser una carnicería sublimada, una matanza codificada y sin castigo. En toda la pintura de Luis Cueva Manchego resalta el asesinato gracias a la labor corrosiva de un puñal purificado que es su pincel. El crimen simbólico comienza contra la misma divinidad que antaño lo albergó. El abundante Caco, que rige los destinos y los atentados de tantos hampones, de los de a pie, de los cuello y corbata, ha muerto para él. Y los súbditos que le quedan son sometidos a las iras de sus colores intensos y sus rudas formas. El puñal pictórico purificando las alimañas de los alrededores.


En sus cuadros puede haber la irreverencia, la burla, contra los prestigios establecidos, los renombres que engalanan las galerías inaccesibles para tantos, como las obras que muestran a una Gioconda desenfadada, provocativa y hasta incitante. Crimen contra la belleza que excluye, que es decorado de unos pocos, de unos cuantos. Al resaltar a los héroes populares, esos mitos que surgen y se expanden fuera de los credos oficiales, de las proclamas de supuesto buen gusto, Luis Cueva como que asesina la tradicional concepción artística que se nutre de desvaídas recetas donde lo bello es una armonía petrificada y sin alma. En resolución, como decía Cervantes, Luis Cueva fue salvo por el ejercicio del arte, sublimó su cólera irredenta, purificó su arma inicial y lo utiliza sin tregua en aras de un mundo mejor.





-Tomado de Pro et Contra-

sábado, 22 de octubre de 2011

PRESOS POLÍTICOS EN HUELGA DE HAMBRE EN CHIAPAS

22/10/2011x Carolina S. Romero   

Llegaron a las 2:35 de la madrugada el 20 de octubre de 2011 para hacer su trabajo sucio. ¿La misión de los agentes federales? Llevarse al profesor Alberto Patishtán Gomez a una prisión de máxima seguridad lejos de casa. Piensan que así pueden desmoralizar a la y los presos políticos que han estado en huelga de hambre en Chiapas desde el 29 de septiembre y a sus familiares que se encuentran en plantón desde el 8 de octubre.
Un día antes de su traslado, el compañero Patishtán escribió estas palabras: “Los malos gobernantes y toda autoridad en México caminan al revés con una simple razón que a la Mentira le llaman Verdad y que la Verdad le llaman Mentira y con ello los ha llevado a obrar lesionando todos los derechos de sus habitantes, especialmente sobre el daño que nos han ocasionado por nuestros encarcelamientos injustos…”.
Los detalles del traslado del profesor, de la huelga de hambre y del plantón de los familiares se dieron a conocer en una charla realizada el 20 de octubre en el Multiforo Alicia organizada por la Cruz Negra Anarquista de México, con la participación de dos compañeras que vinieron del Plantón de Familiares en Chiapas y de las organizaciones No Estamos Todxs y la Red contra la Represión en Chiapas; Gloria Muñoz de la revista Desinformémonos y Rodrigo Hernández del colectivo Rebeldía.
El siguiente día, varios adherentes, colectivos y organizaciones de la Otra Campaña en conjunción con la Red Contra la Represión y por la Solidaridad celebraron un mitin ante la Casa del gobierno de Chiapas en el Distrito Federal para exigir la libertad de la compañera Rosa López Díaz y los 10 compañeros.
En la charla en el Alicia, la esposa de Rosario Díaz Méndez habló de parte del plantón de familiares. Dijo: “Vengo a contar nuestra historia, la historia de los presos políticos de la Voz del Amate, de los Solidarios de la Voz del Amate, de las Voces Inocentes, y de las esposas, madres, padres, hermanas, hermanos, hijas e hijos en plantón”. La compañera nombró a los once presos, quienes han pasado cinco meses, cuatro años, nueve años, once años y hasta 13 años en prisión. Son Alberto Pastishtán, Rosario Díaz Méndez, Alfredo López Méndez, Pedro López Jiménez, Rosa López Díaz, José Díaz López, Andrés Nuñez Hernández, Alejandro Díaz Sántiz, Juan Diaz López, Juan Collazo Jiménez, y Enrique Gomez Hernández. Refrendó la lucha incansable para ganar su libertad inmediata. Enfatizó que la voluntad de los presos y sus familiares es fuerte a pesar de muchos años de sufrimiento. Todos los presos han sido torturados y tienen graves complicaciones de la salud. La única mujer en huelga de hambre, Rosa López Díaz, fue golpeada en su vientre y sufrió tortura sexual y represalias al grado que su hijo nació con parálisis cerebral. “En el plantón se sufre. Es frío y está lloviendo mucho… Nuestros hijos han sido muy afectados también. Ya no estudian por falta de recursos”. La liberación de sus presos es un asunto de vida o muerte, pero su libertad no es la única meta. “Queremos construir una sociedad sin cárceles”. La compañera leyó un mensaje de los presos en huelga de hambre en el CERSS no. 5, quienes afirman que “nuestro espíritu libre está con ustedes… y el poder imperial y neoliberal nunca triunfará contra nosotros….Somos la esperanza de los demás”.
Se informó que el profesor Patishtán fue trasladado al penal Guasave en Sinaloa y que otros 49 presos (41 hombres y 8 mujeres) también fueron trasladados a varias cárceles del país. Hasta la fecha se mantienen incomunicados.
La compañera de No Estamos Todxs dio información sobre los casos de los distintos presos y resaltó los esfuerzos del gobierno para desmoralizar al movimiento. Dijo que algunas de las sentencias llegan a los 60 años, como es el caso del profe Patishtán, acusado injustamente de ocho homicidios y posesión de armas. La compañera enfatizó que al trasladar al profesor, quien es “el alma del movimiento”, las autoridades buscan silenciar la voz más fuerte y clara de los presos. También comentó que el gobierno ha pretendido desalojar al plantón de familiares durante la Cumbre Mundial de Turismo de Aventura porque que “se ve muy mal”.
Gloria Muñoz recordó que una de las primeras acciones del EZLN era abrir las prisiones y liberar a los presos. Desde entonces, ha habido un proceso de politización dentro de las prisiones y las autoridades han buscado detener la organización. Dijo que el gobierno estatal de Jaime Sabines es cómplice de los traslados arbitrarios aunque insiste en que es sólo un asunto federal. “Nos daría risa si no fuera cierto que Sabines aspira a una carga en la ONU”, dice Gloria. “Lo que no se firma con la mano derecha, se firma con la mano izquierda”.
Rodrigo Hernández habló de la manera en que la tortura se aplica como método de investigación e inculpación en Chiapas. Por lo regular, las detenciones se hacen en la madrugada y los presos están llevados con los ojos vendados bajo repetidas amenazas de muerte a varios sitios para introducir la confusión. Por lo regular la tortura física se hace en un centro clandestino y consiste en sesiones de asfixia, sacar uñas y dar jalones, patadas y toques eléctricas, entre otras cosas. Las torturas siguen mientras los presos son arraigados y mantenidos incomunicados. Además, la comida es insuficiente y la atención médica puede demorar hasta 6 meses, incluso para enfermedades graves como la fiebre tifoidea.
En el mitin, habló Gabriela Patishtán, hija del profe Alberto: “Buenas tardes compañeros, soy originaria de Chiapas. Vengo en representación de los compañeros que hoy se encuentran en huelga de hambre por 23 días y nosotros plantados hace 14 días en la Plaza Catedral exigiendo la libertad de nuestros presos políticos. Yo soy la hija de Alberto Patishtán Gómez detenido en el año 2000, sentenciado a 60 años de prisión por delitos prefabricados por el mal gobierno. Hoy lleva 11 años en la cárcel. Ayer en la madrugada fue trasladado a un penal federal en Sinaloa. Pido que ustedes se sumen al esfuerzo a que se traslade de nuevo ya que yo soy la única familiar y estando lejos yo no puedo estar en cercanía de él. Yo necesito que regrese y necesito la libertad inmediata de mi papá”.
El compañero Pedro del Colectivo de Abogados Zapatistas enfatizó que el traslado del profe Patishtán es totalmente ilegal e injustificable. Dice que la Constitución establece que cuando “una persona está privada de su libertad, tiene el Estado la obligación de internarlo en el lugar más cercano a su hogar”. Afirma que “No hay acto que justifique el traslado del compañero Alberto. Pero en México uno no tiene que ser delincuente. Cualquiera puede llegar a la cárcel gracias al contubernio que existe entre el estado y el ministerio público…. El único delito de Alberto es luchar y ser la voz de los presos políticos….Estamos aquí para exigirle al gobierno de Chiapas que ordene el regreso de nuestro compañero”.
Una compañera del movimiento en solidaridad con los presos compartió información sobre la situación actual. Dijo que los compañeros y la compañera Rosa están con varios malestares estomacales, con calambres, con dolor de cabeza, con dolor en el pecho y con debilidad. “Sin embargo su convicción de lucha está firme. Ellos salieron de sus celdas hace 23 días y se pusieron en un plantón afuera en la intemperie. Ellos pusieron debajo de una lámina y a los costados pusieron plásticos, pero el clima de allá que es la Región Altos es muy frío. Estuvo muy lluvioso en las últimas semanas. Han estado en un desgaste mayor por las condiciones climatológicas. Pero ellos en cada visita nos manifiestan que están seguros de su inocencia y por una causa justa van a seguir luchando. Lo que siempre piden es que los visitemos y que apoyemos a sus familiares en el plantón y también que hagamos cartas exigiendo su libertad”
Dice la compañera que de cierta manera su lucha es simbólica “porque las cárceles en Chiapas están llenas de presos injustamente encarcelados, la mayoría indígenas... Es una expresión de la enfermedad que tiene nuestra sociedad, que encarcela a los indígenas, a los pobres, para dejar libres a los extorsionadores, a los maleantes, y a los que saquean el país”.
Sigue explicando que la semana pasada San Cristobal fue sede de la Cumbre Mundial de Turismo de Aventura y que ha habido un gran derroche de dinero para traer empresarios que van a comprar servicios turísticos. “Dijeron que nuestro plantón de familiares era vergonzoso para el gobierno estatal, que nos quitáramos de ahí, que nos saliéramos cuatro días y cuando terminar la Cumbre nos volviéramos a poner. Es ridículo como el racismo añejo de las autoridades todavía sigue. Atrás siempre hay un racismo contra los pueblos originarios y de la gente más pobre. Esta Cumbre tendrá sus resultados y serán el despojo. El despojo de los lugares ancestrales. El despojo de nuestros cerros sagrados. El despojo de dónde nos alimentamos de la Madre Tierra”.
“Ahora luchamos para nuestros presos en huelga de hambre pero es una lucha para todas las personas injustamente encarceladas. Como comentó Gabriela, estamos muy encabronados, estamos muy preocupados por la vida, por la seguridad, por la salud del profe Alberto. Él ha sido un líder moral del movimiento huelguística en Chiapas. Hace tres años hizo una huelga de 41 días y se logró la libertad de más de 130 personas. Su vida ha sido entregarse a la lucha al interior de las cárceles para dignificar estos espacios… para que también sean frentes de lucha, centros de estudio y reflexión. Esto es lo que ha logrado el profe Alberto. La ha devuelto la vitalidad a jóvenes en depresión, a jóvenes alcohólicos. Ha enseñado a leer y escribir para que la gente se pueda defender por si misma. Esa es la dignidad, la espiritualidad, la convicción política que tiene Alberto. Lo estamos extrañando. Estamos preocupados. Él tiene glaucoma. Está perdiendo la vista a causa del encarcelamiento injusto de once años. Once años que su familia ha estado privada de su presencia y que todo su pueblo en el bosque ha estado privado de su luz, de su palabra….El profesor Alberto Patishtán Gómez debe regresar a Chiapas y ser liberado inmediatamente. Exigimos la libertad de todas las presas y presos políticos del país. Exigimos la libertad de todos los presos y presa que están ahorita en huelga de hambre ayuno en Chiapas. ¡Presos políticos libertad!

miércoles, 19 de octubre de 2011

VIAJE A LO DESCONOCIDO





Public Secrets takes us inside the massive prison-industrial complex in central California, not as tourists but as witnesses, following Sharon Daniel as she herself witnesses the testimonies of women incarcerated in the Central California Women's Facility. These women narrate their experiences inside the prison while also giving an account of the structural conditions that reduced them to bare life, life that is without political value, life that is exposed to death. Daniel's critical commentary and theoretical reflections frame these testimonies, granting each its singularity while also articulating the systemic (il)logic of incarceration.

Author description: The expansion of the prison system is possible because it is a public secret - a secret kept in an unacknowledged but public agreement not to know what imprisonment really means to individuals and their communities. As the number of prisons increases, so does the level of secrecy about what goes on inside them. The secret of the abuses perpetrated by the Criminal Justice System and Prison Industrial Complex can be heard in many stories told by many narrators, but only when they are allowed to speak. After a series of news stories and lawsuits documenting egregious mistreatment of prisoners in 1993, the California Department of Corrections imposed a media ban on all of its facilities. This ongoing ban prohibits journalists from face-to-face interviews, eliminates prisoners' right to confidential correspondence with media representatives, and bars the use of cameras, recording devices, and writing instruments in interviews with media representatives. Women incarcerated in California are allowed visits only from family members and legal representatives. Inmates are not allowed access to computers, cameras, tape recorders or media equipment of any kind. Such restrictions preserve the public secret. For the past three years, I have visited the Central California Women's Facility [CCWF] as a legal advocate. I work with a non-profit, human rights organization, Justice Now (http://jnow.org/). Together we have been documenting conversations with women prisoners at CCWF, the largest female correctional facility in the United States in an effort to unmask the well known, yet still secret injustices that result from our society's reliance on prisons to solve social problems. Given the ban on conversations with the media, I would not have had access to the women who have contributed to Public Secrets without the support of Justice Now. As a "legal advocate" I am allowed to record my conversations with the women and solicit their stories, ideas, and opinions.

Instructions: As you browse through the piece, you will be presented with statements made by incarcerated women and others. By clicking the statement you can listen to it or read its transcript.

http://collection.eliterature.org/2/works/daniel_public_secrets.html






miércoles, 5 de octubre de 2011

POESIA EN LA PRISION DE RANCAGUA


En la Cárcel de Rancagua se han suicidado 7 reos en lo que va del año. Prefirieron partir, colgándose de sus sábanas o ahorcándose con el cable de la radio. Se piensa que no resistieron el traslado a la flamante cárcel concesionada, con sus celdas aisladas y su comida servida en bandeja. Murieron de soledad y desconcierto. Desapareció la carreta, los Perkin, los choros, la ronda del mate…la droga, la comida cocinada sobre el anafre, el canto de los canutos…Parece una locura, pero esos presos preferían la temida “Peni”, ese vertedero hacinado y violento, a la nueva Cárcel donde ya no existe el cobijo de la tribu. Así somos los humanos, aguantamos cualquier cosa, pero somos capaces de morir de soledad. Ellos no resistieron. Tienen que haber sentido el peor de los dolores, que es el que mana del desamor y el abandono. Así no es difícil comprender porqué murieron. El precario balance en el que transcurrían sus vidas se destruyó de golpe, se quedaron haciendo equilibrio en el andamio, y, de repente, así nomás, se soltaron…







que no te vayas te digo



amor mío, que no te vayas te digo,

cuántas veces te he dicho que no te vayas!

vuelve, que no te vayas, te digo

no me vas a dejarme solo, te digo

no me vas a dejarme.

porque aquí me quedo a gritos

me quedo llorando, no me dejes te digo

no me puedes dejarme

llorando llorando.

te grito quédate, quédate

mírame aquí dejado, llorando

no me puedes dejarme

llorando dejarme, llorando llorando

domingo, 11 de septiembre de 2011

OSCAR WILDE


Balada de la cárcel de Reading

Traducción de E. Caracciolo Trejo
Oscar Wilde, Poemas -2oo1 -Ediciones Colección de poesía RÍO NUEVO/XXVI
Barcelona, España

Balada de la cárcel de Reading


A la memoria de C. T. W.
antiguo soldado de la Guardia Real de Caballería.
Muerto en el Presidio de Reading, Berkshire, 7 de julio de 1896:


I

No vistió su chaqueta escarlata
porque el vino y la sangre ya son rojos,
y sangre y vino había en sus manos
cuando lo hallaron con la muerta,
la pobre que él amó
y a quien en su lecho asesinara.

Caminó entre los jueces
vistiendo el gris raído
con gorra en la cabeza
y paso alegre y leve.
Pero jamás vi a nadie que mirara el día
con igual ansiedad.

Jamás vi a nadie que mirara
con ojos tan ansiosos
la pequeña tienda azul
que los presos llaman cielo,
y a cada nube fugitiva
que cruzaba con velamen de plata.

Confinado en otros patios con otras almas
en pena me preguntaba
si había hecho algo grande
o algo insignificante,
cuando una voz me susurró al oído
«ese hombre va a la horca».

¡Cristo! Los muros de la prisión
de pronto parecían tambalearse
y sobre mi cabeza era el cielo
un casco de quemante acero.
Y aunque era yo un alma en pena,
mi pena sentir no podía.

Supe qué pensamiento perseguido
su paso apresuraba; supe por qué
miraba el día brillante
con ojos tan ansiosos.
Había matado aquello que él amaba
y tenía que morir.

* * * * *

Y sin embargo, cada hombre mata lo que ama.
Que todos oigan esto:
unos lo hacen con mirada torva
otros con la palabra halagadora;
el cobarde lo hace con un beso,
con la espada el valiente.

Matan algunos el amor de joven
y otros cuando viejos;
estrangulan algunos con manos de lujuria,
otros con manos de oro:
el más amable usa el puñal
para que el frío llegue antes.

Aman algunos poco tiempo, largamente otros.
Hay quienes compran y también quienes venden.
El acto es cometido a veces en el llanto
y otras sin un suspiro.
Pues todos matan lo que aman;
pero no todos mueren.

No muere una muerte de vergüenza
un día de desgracia oscura;
ni nudo al cuello en la garganta lleva
ni paño sobre el rostro;
ni caen los pies primero por el piso
al espacio vacío.

* * * * *

No se sienta con hombres silenciosos
que lo vigilan noche y día,
que lo vigilan cuando busca el llanto
y también cuando busca la plegaria.
Que lo vigilan; no sea que él mismo robe
de la prisión la presa.

No se despierta al alba para ver
formas temibles en tropel por la celda:
el aterido Capellán en su túnica blanca,
el Alguacil adusto en su tristeza,
el Director en esplendente traje negro
y el amarillo rostro del Desastre.

No se apresura en prisa lamentable
a vestir el ropaje del convicto,
y un Doctor mordaz se regodea
notando el tic nervioso de cada pose nueva;
y en la mano un reloj cuyos tictacs
son como horribles golpes de martillo.

No conoce la sed brutal que lija la garganta
antes de que el verdugo
se deslice con guantes de jardín
por la puerta acolchada,
y lo ate con tres correas para apagar por siempre
la sed de la garganta.

No baja la cabeza para oír
la lectura del oficio mortuorio,
mientras el temor de su alma
le dice que no está muerto;
ni se cruza con su propio ataúd
al acercarse al cobertizo horrible.

Ni mira fijamente el aire
por un techo de vidrio;
ni reza con labios de arcilla
porque termine su agonía;
ni siente en su mejilla vacilante
el beso de Caifás.

II

Seis semanas nuestro soldado dio vueltas
por el patio, vistiendo el gris raído,
con gorra en la cabeza
y paso alegre y leve.
Pero jamás vi a nadie que mirara
el día con igual ansiedad.

Jamás vi a nadie que mirara
con ojos tan ansiosos
la azul tienda pequeña
que llaman los presos cielo
y a cada nube arrastrando
sus enredados vellones.

No retorció las manos como lo hacen
los necios que se atreven a alentar
a la Esperanza retadora
en la misma cueva oscura de la Desesperación:
Miró hacia el sol solamente
y bebió el aire matinal.

No retorció las manos ni lloró
ni miró furtivamente o languideció;
sino bebió el aire como si allí encontrara
saludable calmante;
la boca abierta bebió el sol
como si fuera vino!

Y yo y todas esas almas en pena
que caminaban en el otro patio
olvidamos si nosotros mismos
habíamos hecho algo grande o algo insignificante,
y contemplamos con asombro torpe
al hombre al que iban a colgar.

Pues era extraño verlo así pasar
con paso tan alegre y leve,
y extraño era verlo contemplar
con tal ansiedad el día.
Y pensar era también extraño
en esa deuda que pagar tenía.


* * * * *

El olmo, el roble tienen bellas hojas
que brotan en la primavera:
pero era horrible ver el árbol del cadalso
con la raíz mordida por las víboras,
y, verde o seco, debe morir un hombre
antes de dar su fruto.

El lugar más exaltado es ese trono de gracia
al que aspira todo el mundo.
¿Pero quién se erguiría en correa de cáñamo
en el alto patíbulo y echaría
a través de collar asesino
su última mirada al cielo?

Dulce es bailar al ritmo de violines
cuando la vida y el amor son justos;
y extraño y delicado
al ritmo de laúdes y de flautas;
mas no hay dulzura cuando un ágil pie
baila en e aire.

Así, con curiosos ojos y aprehensión oscura
lo observamos día a día,
preguntándonos, si cada uno de nosotros
terminaría de manera igual,
pues nadie puede decir en qué Infierno rojo
su alma ciega extraviarse podría.

Por fin, el hombre muerto
cesó de caminar entre los Jueces,
y supe que estaba de pie
en el negro redil del acusado
y su rostro jamás vería otra vez
en bienestar o desastre.

Cual barcos condenados que en la tormenta se cruzan
nuestras rutas se habían encontrado:
no hicimos gesto alguno, no dijimos palabra,
y no había palabra que decir;
pues no nos encontramos en la noche sagrada
sino en día de vergüenza.

Un muro de prisión nos envolvía
y éramos dos parias;
nos arrojara el mundo de su corazón
y Dios de su cuidado:
la trampa de hierro nos había atrapado,
aquella que el Pecado siempre espera.

III

En el Patio de los Deudores
son duras las piedras, húmedo el alto muro,
y cuando tomaba el aire
bajo el cielo plomizo
a cada lado un guardia caminaba
para que el hombre no muriera.

A veces se sentaba con esos que guardaban
su angustia día y noche;
con quienes lo guardaban al llorar
y al arrodillarse para el rezo.
Con quienes lo guardaban, no sea que robara
la presa del patíbulo.

El Director era inflexible en aplicar
las disposiciones de la Ley;
el Doctor afirmó que la muerte
era un acto científico;
y dos veces al día lo visitaba el Capellán
y dejaba su pequeño folleto.

Y dos veces al día fumaba su pipa
y bebía su cuarto de cerveza;
su alma en actitud resuelta
no dejaba escondrijo para el miedo.
A menudo decía estar contento
de que el día del verdugo se acercara.

Pero por qué decía cosa tan extraña
ningún guardián osaba preguntar;
pues quien asume
la misión de guardián
debe sellar sus labios y transformar
en máscara su rostro.

De lo contrario, podría conmoverse,
podría tratar de dar consuelo:
¿Y qué podría lograr la Piedad Humana
acorralada en un Hoyo de Asesinos?
¿Qué palabra de gracia en tal lugar
podría ayudar el alma de un hermano?


* * * * *


Cabizbajos por el ruedo
hicimos el Desfile de los Locos.
Nada nos importaba: sabíamos bien
que éramos la Brigada del Diablo,
y con cabeza rapada y pies de plomo
nos prestamos a la alegre mascarada.

Desgarramos la cuerda alquitranada
con uñas romas, sangrantes;
frotamos las puertas, fregamos los pisos
y pulimos los barrotes brillantes;
y madero tras madero el tablón jabonamos
entre el estruendo de los cubos.

Cosimos los sacos, rompimos las piedras
y trabajó el taladro polvoriento:
golpeamos las latas y gritamos los himnos,
y sudamos en el molino,
mas en el corazón de cada hombre
quieto yacía el terror.

Y se hallaba tan quieto que cada día
se arrastraba cual ola sofocada por algas;
y olvidamos nuestro destino amargo
que espera por igual a pillo o necio,
hasta que una vez, volviendo del trabajo con andar pesado
pasamos junto a una tumba abierta.

Con bostezo feroz el amarillo pozo
a bocanadas parecía pedir algo viviente
y aun el barro mismo clamaba por la sangre
al ruedo de sediento asfalto.
Sabíamos que antes que cierto alba aclarara
un preso habría de ser colgado.

Y entramos con el alma absorta
en Muerte y Sueño y Hado.
El verdugo con su valijita
arrastraba los pies en la penumbra;
yo temblaba, a tientas en camino
hacia mi tumba numerada.


* * * * *


Esa noche los vacíos corredores
se llenaban de formas del Temor,
y por toda la ciudad de hierro
había pasos furtivos que no oíamos
y a través de las barras que esconden las estrellas
parecían asomarse caras blancas.

Yacía como quien soñase
en prados placenteros.
Los guardias en custodia de su sueño
no podían comprender
que alguien durmiera ese sueño dulce
tan cerca de un verdugo.

Pero no hay sueño cuando debe haber llanto
en quien nunca ha llorado.
Y nosotros -el necio, el pillo, el impostor-,
quedamos en vigilia interminable,
y en cada seso en manos del dolor
el terror de otro hombre se insinuaba.

¡Ay, es algo tan terrible
sentir la culpa de otro!
La Espada del Pecado penetraba
hasta su empuñadura envenenada
y nuestras lágrimas eran de plomo derretido
pues la sangre no habíamos nosotros derramado.

Los guardias con calzado de felpa se acercaban
a cada puerta cerrada con candado
y atisbaban con ojos consternados
grises figuras en el suelo,
preguntándose por qué se arrodillaban a rezar
quienes jamás antes rezaran.

¡Rezamos toda la noche arrodillados,
insensatos dolientes de un cadáver!
Las agitadas plumas de medianoche
agitaron las plumas funerarias.
Y como el vino amargo de la esponja
era el sabor del arrepentimiento.


* * * * *

El gallo gris cantó, cantó el gallo rojo
mas el día no llegó:
formas torcidas del Terror se agazaparon
por los rincones donde yacíamos
y cada espíritu maligno que vaga por la noche
se nos aparecía.

Pasaban deslizándose, ligeros
cual viajeros en velo neblinoso;
se mofaban de la luna bailando
un rigodón de vueltas y pasos delicados,
y con ritmo formal y gracia repugnante
los fantasmas acudían a su cita.

Con mueca consternada los miramos pasar,
esbeltas sombras tomadas de la mano;
giraron y giraron en grupos fantasmales
y bailaron allí la lenta zarabanda:
¡Condenados grotescos hicieron arabescos
como el viento en la arena!

Y con piruetas como de marionetas
sus pasos afilados tropezaron;
llenaron los oídos con las flautas del Miedo
en esa horrible mascarada,
y a toda voz cantaron mucho tiempo
pues cantaban para despertar los muertos.

«¡Oh!», cantaban, «¡ancho es el mundo
pero cojean las extremidades aherrojadas!
Y tirar los dados una vez o dos veces,
es juego caballeresco
pero no gana jamás quien con el Pecado juega
en la secreta Casa de la Vergüenza.»


No eran cosas de aire esas bufonadas
que con tal júbilo retozaban
para hombres con vidas en grilletes,
cuyos pies jamás serían libres.
¡Ah! ¡Por las heridas de Cristo! Eran algo viviente
y algo horrible de ver

Girando y girando devanaron el vals,
dieron vueltas algunos en parejas sonrientes;
con el paso afectado de un viajante,
algunos se acercaron con sigilo al peldaño
y con burla sutil y mirar de malicioso servilismo
todos ayudaron a decir nuestras preces.

Comenzó su lamento el viento matinal
pero la noche continuó;
en su enorme telar la red de la tristeza
se extendió hasta que cada hebra fue hilada:
y al rezar, nuestro miedo creció
ante la justicia del sol.

Vagó con su lamento el viento
por los muros llorosos de la cárcel.
Hasta que como rueda de acero giratorio
sentimos los minutos que avanzaban a rastras:
¡oh, viento clamoroso! ¿Qué habíamos hecho
para merecer tal alguacil?

Al fin pude ver los barrotes sombreados
cual enrejado que forjado en plomo
se moviese por el muro blanqueado
frente a mi camastro de tablas
y supe que en un lugar del mundo
era roja el alba horrible de Dios.

Limpiamos nuestras celdas a las seis,
todo era calmo a las siete,
pero el susurro y el vaivén del viento
colmaba la prisión:
con su aliento helado el señor de la Muerte
había entrado a matar.

Y no pasó en purpúreo esplendor
ni montó corcel de blanco lunar.
Tres yardas de cuerda y un tablón
es lo que la horca necesita:
y así con cuerda de vergüenza el Heraldo llegó
a perpetrar la acción secreta.

Éramos como hombres que a través de un pantano
de inmunda oscuridad a tientas van.
No osamos murmurar una plegaria
ni tampoco alentamos nuestra angustia,
algo muerto se encontraba en nosotros
y eso muerto era la Esperanza.

La justicia del hombre inexorable avanza
y no habrá de apartarse:
mata al débil, mata al fuerte
en mortífera zancada:
¡mata con taco de hierro
el monstruoso parricida!

Esperamos que sonaran las ocho.
Con la lengua hinchada por la sed
pues el octavo golpe era el Destino
que hace a un hombre maldito.
Y usará el Destino un nudo corredizo
para el hombre mejor y para el peor.

Nada teníamos que hacer,
sólo esperar que la señal llegara.
Así como piedras en valle solitario
mudos e inmóviles quedamos;
pero cada corazón latía agitado e intenso,
cual tambor de un demente.

En súbita conmoción el reloj de la prisión
golpeó el aire estremecido
y de toda la cárcel una queja se elevó
de impotente desespero.
Como el gemido que oyen pantanos asustados
de algún leproso en su cueva.

Y como quien ve algo horrible
en el cristal de un sueño,
vimos la soga de cáñamo grasiento
que montaba la viga ennegrecida
y escuchamos el rezo que el nudo del verdugo estrangulara
hasta que fuera un grito.

Y toda la aflicción lo conmoviera tanto
que soltó un grito amargo;
y los locos pesares, los sudores sangrientos
nadie los conocía como yo:
quien vive más de una vida
muere más de una muerte.


IV

No hay capilla esos días
cuando cuelgan a un hombre:
el corazón del Capellán está demasiado enfermo
o su rostro demasiado macilento,
o hay algo escrito en sus ojos
que nadie debería ver.

Así, nos tuvieron encerrados hasta casi el mediodía
y sonaron entonces. las campanas.
Los guardias con llaves tintineantes
abrieron cada celda atenta,
con estrépito bajamos la escalera de hierro
dejando cada uno su separado Infierno.

Salimos al dulce aire de Dios
mas no del modo acostumbrado,
pues este rostro estaba blanco de miedo
y aquél estaba gris;
jamás hombres tristes vi mirar el día .
con ansiedad igual.

Jamás hombres tristes vi
que miraran con ojos tan ansiosos
la azul tienda pequeña
que los presos llamamos cielo
y cada nube indiferente que pasaba
en libertad tan feliz.

Pero algunos de nosotros
que íbamos cabizbajos bien sabíamos
que habríamos elegido la muerte
si hubiéramos podido.
Mató él algo viviente,
ellos mataron lo que estaba muerto.

Pues quien peca una segunda vez
despierta un alma muerta al dolor,
sácala de su mortaja manchada
y hace que sangre otra vez,
la hace sangrar a borbotones
¡y hace que sangre en vano!


* * * * *


Como mono o payaso en atuendo monstruoso
y con flechas torcidas adornados
dimos vuelta tras vuelta silenciosos
por el asfalto resbaladizo del patio.
Silenciosos marchamos vuelta tras vuelta
y nadie pronunció palabra.

Marchamos silenciosos
y en cada mente vacía
el recuerdo de algo horrible
pasó como un vendaval
y el Horror acechaba a cada hombre
y detrás el Terror se arrastraba sigiloso.

* * * * *


Los guardias se pavoneaban en idas y venidas
cuidando sus rebaños de brutos;
llevaban uniformes impecables
o vestían los trajes de Domingo;
sabíamos dónde habían estado:
la cal viva manchaba sus zapatos.

Pues donde ancha sepultura antes se abriera
no quedaba más tumba.
Sólo un tramo de arena y barro
junto al horrible muro
y un cúmulo de cal ardiente
como su paño mortuorio.

Pues tiene una mortaja ese desafortunado
como muy pocos pueden reclamar:
en lo profundo, bajo el patio de una prisión,
desnudo, para mayor vergüenza,
yace con los pies aherrojados
envuelto en una sábana de llamas.

Y todo el tiempo la cal ardiente
devora carne y hueso,
devora frágiles huesos en la noche
y carne blanda de día;
alterna carne con hueso;
pero siempre devora el corazón.


* * * * *


Tres largos años estarán sin sembrar,
sin plantar o cultivar allí;
y por tres largos años el lugar infeliz
será estéril, baldío,
y mirará el cielo perplejo,
con mirar sin reproche.

Piensan que el corazón de un asesino infectaría
cada semilla inocente que plantaran.
¡No es verdad! La tierra bondadosa de Dios
es más generosa que lo que los hombres imaginan;
la rosa roja florecería más roja
y más blanca la blanca.

¡De su boca saldría una rosa muy roja
y de su corazón una muy blanca!
Pues, ¿quién puede decir de qué extraña manera
Cristo saca a la luz Su voluntad
desde que el cayado estéril que portó el peregrino
floreciera a la vista del gran Papa?

Pero ni a la nívea rosa blanca ni a la roja
es permitido florecer en el aire de la prisión;
pedazos de loza, guijarros, pedernal
es lo que aquí nos dan:
pues sabido es que las flores pueden restañar
del desaliento al común de las gentes.

Por eso, jamás la rosa roja ni la blanca
caerá pétalo a pétalo
en ese barro, esa arena
junto al horrible muro de la cárcel,
para decir a quienes dan pesadamente vuelta por el patio
que el Hijo de Dios murió por todos.


* * * * *


Y, sin embargo, aunque el horrible muro
lo cerca por cada lado
y un espíritu no puede caminar de noche
cuando se halla aherrojado,
y puede sólo llorar cuando yace
en tierra no consagrada,

está en paz -este hombre desgraciado-,
en paz, o pronto lo estará:
nada hay que ya pueda enloquecerle,
ni camina el Terror a mediodía
porque la tierra oscura en que yace
no tiene ni Sol ni Luna.

Como a bestia lo colgaron;
ni hubo siquiera un réquiem
que tal vez trajera paz
a su alma sobrecogida.
Apresuradamente lo sacaron
y lo escondieron en un hoyo.

Los guardias lo desnudaron,
lo entregaron a las moscas:
se mofaron de la garganta grana e inflamada,
y de los ojos que miraban rígidos.
Entre risotadas le echaron el sudario
en el que yace el convicto.

El Capellán no se arrodilló a rezar
junto a su tumba deshonrada:
ni la marcó con esa Cruz bendita
que Cristo dio a los pecadores,
pero era el hombre de aquéllos
por quienes Cristo descendiera.

Pero todo está bien; solamente ha llegado
hasta el límite que la vida ha fijado
y lágrimas extrañas llenarán para él
esa urna de piedad tanto tiempo destrozada.
Quienes por él están desconsolados serán parias
y los parias jamás hallan consuelo.


V

No sé si son Leyes justas
o Leyes equivocadas;
sabemos quienes estamos en la cárcel
que el muro es muy poderoso,
y que cada jornada es como un año
de interminables días.

Pero hay algo que sé; sé que toda Ley
que los hombres han concebido para el Hombre,
desde que el primero quitara la vida al hermano
y así el triste mundo comenzara,
desecha el trigo y la paja retiene
con los aventadores más perversos.

Y esto también sé -y sabio sería
que todos lo supiéramos-
que cada prisión que los hombres erigen
está construida con ladrillos de vergüenza
y cercada con rejas no sea que Cristo pueda ver
cómo los hombre mutilan a sus hermanos.

Con barrotes ocultan la luna clemente
y ciegan el sol bienhechor:
y bien hacen escondiendo tal Infierno
pues allí se cometen tales actos
que ni Hijo de Dios ni hijo de hombre
jamás debería contemplar.

* * * * *

Los actos más viles, cual hierbas venenosas
crecen lozanos en el aire de la prisión.
Sólo aquello que en el hombre es bueno
allí se arruina y se marchita:
la pálida angustia guarda el pesado portal
y el guardián es la desesperación.

Hambrean al niño aterrado
hasta que llora noche y día;
azotan al débil y flagelan al necio;
se mofan del viejo ceniciento
y algunos enloquecen, y todos se malogran
y nadie puede pronunciar palabra.

Cada celda angosta que habitamos
es una oscura letrina maloliente
y cada apertura que cierran las barras
es fétido aliento de Muerte viviente;
y todo, menos la lascivia, se reduce a polvo
en la máquina Humana.

El agua salobre que bebemos
lleva una baba nauseabunda
el pan amargo que en las balanzas pesan
está lleno de cal
y el sueño no se acuesta jamás, camina
con ojos desorbitados y llora al Tiempo.


* * * * *

Pero aunque el Hambre magro y la verde Sed
luchan como víbora con áspid,
poco nos interesa la pitanza carcelaria;
porque aquello que enfría y mata por completo
es que cada piedra levantada de día
se torna en corazón de noche.

Con la medianoche siempre en el corazón
y el crepúsculo en la celda
damos vuelta el manubrio o desgarramos la cuerda
cada uno en su Infierno separado.
Y es más terrible el silencio
que el estrépito de cínica campana.

Jamás se acerca voz humana
para decir una palabra amable:
y el ojo que por la puerta espía
es duro, sin misericordia.
De todos olvidados nos pudrirnos
con cuerpo y alma mancillados.

De tal modo herrumbramos la cadena de la Vida,
solitaria, degradada,
Y algunos hombres maldicen y otros lloran;
los hay que no profieren lamento.
Pero la eterna Ley de Dios es bondadosa
y rompe también el corazón de piedra.


* * * * *


Y todo corazón que se destruye
en la celda o en el patio de la prisión
es igual que esa caja destruida
que rindió sus tesoros al Señor
y que llenó la casa impura del leproso
con la fragancia del nardo más preciado.

¡Oh! Felices son los corazones que se rompen
y ganan la paz que da el perdón.
¿De qué otro modo puede el hombre ordenar su vida
y purificar su alma del Pecado?
¿Cómo si no por destrozado corazón
puede Cristo Señor hallar su ingreso?


* * * * *

Y aquél de la inflamada y púrpura garganta,
el de los ojos desorbitadas
aguarda las manos sagradas
que llevaron Ladrón al Paraíso.
Y un destrozado corazón contrito
el Señor no habrá de despreciar.

El hombre que vestido de rojo lee la Ley
otorgóle tres semanas de vida,
tres semanas cortas solamente para restañar
su alma de todas sus contiendas
y limpiar de cada mancha de sangre
la mano que sostuvo el puñal.

Y con lágrimas de sangre limpió la mano
que sostuvo el acero,
pues tan sólo la sangre sangre limpia
y tan sólo las lágrimas restañan;
y aquella roja sangre que fuera de Caín
tornóse en níveo sello de Jesús.

VI

En la Cárcel de Reading, junto a la ciudad de Reading
se encuentra un pozo de vergüenza
en el que yace un desgraciado
por dientes de fuego devorado.
Yace en mortaja llameante
y está su tumba sin nombre.

Y allí, hasta que Cristo llame a los muertos,
que en silencio descanse.
No es necesario gastar lágrimas necias
o entregarse a suspiros profundos:
el hombre había matado lo que amaba
y tenía que morir.

Y todos matan lo que aman,
que todos oigan esto;
algunos lo hacen con mirada torva
otros con la palabra halagadora,
el cobarde lo hace con un beso,
¡con la espada el valiente!





jueves, 25 de agosto de 2011

ANTONIO DIAZ MARTINEZ

Campesino hermano

Tu hambre,
me duele en las entrañas;
tu sed,
la siento en mi garganta;
tu choza,
está dentro de mi casa;
tu harapo,
es mi harapo del futuro;
tu dios,
mi dios, son dioses falsos;
tu grito,
mi grito, no se escucha.

El hijo de tu grito,
el hijo de mi grito,
mil gritos juntos,
se escucharán mañana,
llamando a nuestro pueblo
a transformar el mundo.

Ayacucho, junio, 1969.
Del libro, “Ayacucho: hambre y esperanza”
Antonio Diaz Martinez
Ediciones “waman puma”, 1969

POESIA EN LA PRISION EL BUEN PASTOR, BOGOTA

 


Tú, mujer
Orgullo, orgullo.
Patrimonio de la humanidad.
Tú mujer,
eres el agua purificada de la tierra
la sombra artística
en cada instante,
el aliento espiritual
luz que penumbra.
Eres el jardín
que se ha sembrado
con mucho patrimonio.
La flor que abre esperanzas
ante el coraje de aquellas mujeres que vivimos creando
caminos de ternura
que no deja morir el mundo.
Mujer,
que llevas en el alma
la alegría de la vida.
Mujer,
con usted sigue la esperanza
por América entera.
Izando con nuestra enseñanza
la mas hermosa bandera.
Mujeres bondadosas, enamoradas del infinito amor y comprensión capaces de sacrificar su felicidad por su trabajo,
sin esperar nada a cambio.
Mujer,
tu eres el ser que nos motiva a luchar
a seguir adelante,
con la esperanza de algún día compensar
en algo nuestro esfuerzo.
Mujer obrera, trabajadora
que lucha hombro a hombro
sembrando semillas de jazmín.
La mañana está recién bañada
y el sol la ha traído
a invitarte a vivir
y veras que tú puedes volar.
Y veras que tú puedes volar,
y que todo lo consigues
y veras que no existe el dolor
hoy te toca ser feliz
y veras que tu puedes volar
y tu cuerpo es el viento,
porque hoy tú vas a sonreír
hoy te toca ser feliz, Mujer.
Mujer valerosa, sueño de libertad
como todas aquellas que nos enseñaron
hasta el triunfo por seguir la libertad.
Laura Marcela P. L.
***
Mujer
Naciste entre pobreza y humildad,
probaste el amargo sabor de la guerra.
Desde tu corta edad
creciste entre malesa,
pero educada con sabiduría
del cambio social.
Mujer revolucionaria.
Mujer,
Que piensan, que con la represión
te van a callar
Que con muros
tu moral se va a acabar
Que con guardianes y bolillos
suponen tus puños se abrirán.
No saben lo equivocados que están,
Porque tu vida esta atada
a la libertad.
-Isis-

***
Mujer
Sagaz, transparente; como
Reflejo de Alcón en agua de manantial.
Con pasión, solidaria
sin afán ni duda
tu amor, ternura, dulzura.
Templada, fuerte, guerrera, te hiciste,
así defiendes a los tuyos.
Luchas por justicia, paz, soberanía e igualdad.
Enamorada del pueblo
Que exige su libertad.
Llenas de armonía el hogar
Enseñas a vivir con responsabilidad,
porque eres integra e intelectual.
Demuestras no ser un objeto mas,
por eso mereces respeto
pues eres un ser completo.
Resaltas con tu esplendor
Como orquídea cuando sale el sol.
-Carolina
***
Prisionera
Mujer…
Que haz amasado barro
con tus botas de campaña
En marchas libertarias
Que haz iluminado senderos
con tus pensamientos claros
En días difíciles de guerra
Mujer que llevas en el alma
La alegría de la vida
Preñada de sueños de futuro
han querido quitar tu libertad
Te han hecho prisionera
Quieren humillarte para que no rías
y atormentarte para que no pienses
Te hieren para que ames.
Te laceran para que en tus ojos aparezca el llanto,
pero se asustan,
porque tu ríes tanto el llanto.
Y el eco de tu risa los está matando
Mujer rebelde,
Prisionera altiva.
A nuestro lado seguirá luchando
Por tu corazón de madre
Guerrera y patriota
Todos te seguiremos amando.
¡Mujer…
Resistir es comenzar a vencer,
sólo persistiendo transformaremos el mundo!
Laura Marcela Prada.
***
Mi masita
Quisiera gozar de un bello paisaje,
donde las nubes se unan con las montañas.
Donde el agua brota por mis manos
y donde el aire corra con prisa para alcanzar el sol.
Quisiera gozar de un amor eterno
donde las palabras no existan
donde las dudas no nos alcancen
y el amor sea el sentimiento
mas grande que podamos sentir tu y yo.
Quiera gozar de un azul profundo
donde las estrellas hagan fiesta con la luna
y yo sea su gran invitada.
Pero sabes que, tú eres mi paisaje,
eres el amor más grande del mundo
eres la esencia plena de mi vida
llegaste en el momento oportuno
y a cada instante traes los mas bellos sentimientos,
las palabras mas sabias, los consejos mas precisos.
Y me haces comprender el lazo tan grande que pude haber encontrado,
Tu amor,
hija mía.
Eliana Marcela Espitia Rodríguez.