En la Cárcel de Rancagua se han suicidado 7 reos en lo que va del año. Prefirieron partir, colgándose de sus sábanas o ahorcándose con el cable de la radio. Se piensa que no resistieron el traslado a la flamante cárcel concesionada, con sus celdas aisladas y su comida servida en bandeja. Murieron de soledad y desconcierto. Desapareció la carreta, los Perkin, los choros, la ronda del mate…la droga, la comida cocinada sobre el anafre, el canto de los canutos…Parece una locura, pero esos presos preferían la temida “Peni”, ese vertedero hacinado y violento, a la nueva Cárcel donde ya no existe el cobijo de la tribu. Así somos los humanos, aguantamos cualquier cosa, pero somos capaces de morir de soledad. Ellos no resistieron. Tienen que haber sentido el peor de los dolores, que es el que mana del desamor y el abandono. Así no es difícil comprender porqué murieron. El precario balance en el que transcurrían sus vidas se destruyó de golpe, se quedaron haciendo equilibrio en el andamio, y, de repente, así nomás, se soltaron…
que no te vayas te digo
amor mío, que no te vayas te digo,
cuántas veces te he dicho que no te vayas!
vuelve, que no te vayas, te digo
no me vas a dejarme solo, te digo
no me vas a dejarme.
porque aquí me quedo a gritos
me quedo llorando, no me dejes te digo
no me puedes dejarme
llorando llorando.
te grito quédate, quédate
mírame aquí dejado, llorando
no me puedes dejarme
llorando dejarme, llorando llorando